quarta-feira, 8 de fevereiro de 2012
Siria: ¿Qué puede depararnos el futuro?
Ernesto Gómez Abascal*
El Ciudadano
El régimen de Bashar al Assad adolece de
democracia, le sobra corrupción, tiene una amplia y potente estructura de
seguridad que cometió excesos, se comportó por encima de las leyes y violó los
derechos humanos. Pero el objetivo de Estados Unidos y la Unión Europea distan
mucho de ‘proteger los derechos humanos’. Sepa más antecedentes de la campaña
contra un país que los medios tradicionales no le contarán:
Es evidente que no es por estas feas cualidades que
los Estados Unidos, sus aliados de Europa y de la OTAN, y los súbditos que
tienen en la zona árabe, especialmente del Club Contrarevolucionario del Golfo
(CCG), están haciendo todo lo posible por liquidar al gobierno de Damasco.
Ninguno de ellos tiene moral para reclamar
transparencia administrativa, comportamiento democrático o respeto de los
derechos humanos. Las tropas estadounidenses ocuparon militarmente Irak,
destruyeron buena parte de la infraestructura del país y asesinaron a cientos
de miles de sus ciudadanos basándose en falsos argumentos. Desde hace más de
medio siglo vienen armando y apoyando al gobierno sionista de Israel que comete
genocidio contra el pueblo palestino.
¿QUIÉN PREGUNTA POR BAHREIN?
En Bahrein, sede de la Quinta Flota de los Estados
Unidos, han intervenido descaradamente con tropas extranjeras para reprimir a
la mayoría de la población que continúa manifestándose contra el poder absoluto
y corrupto del Emir. ¿Por qué no llevan el caso a la Liga Árabe o al Consejo de
Seguridad?
Los latinoamericanos tenemos una larga experiencia
por haber sufrido la política intervencionista de Washington y su apoyo a gobiernos
antidemocráticos y a criminales dictaduras fascistas. Durante muchos años
utilizaron a la OEA como ahora tratan de utilizar a la manipulable Liga Árabe.
Tal vez por eso los países revolucionarios que hoy integran el ALBA defiendan
la no injerencia en los asuntos internos de Siria y abogan porque sea el propio
pueblo de este país quien resuelva, sin intervención extranjera, sus problemas.
Además, estamos cansados de la mal intencionada utilización que hacen los
poderosos, valiéndose de su enorme potencial mediático, de una supuesta defensa
de los derechos humanos, que ahora tratan de convertir en su principal
argumento, acogiéndose a la cuestionable teoría de R2P (Responsabilidad de
Proteger) para violar y acabar de enterrar el principio legalmente establecido
de respetar la soberanía de los países y el derecho a la no intervención en los
asuntos internos de los otros, por tanto tiempo vigente en la ley
internacional.
Es conocido que en varios de los países que en el
Cercano Oriente y en el Norte de África ahora la emprenden contra Siria
sirviendo a los intereses de Washington, no existen ni elecciones, ni partidos
políticos, ni parlamentos. La proclamación de un sistema político monárquico,
no otorga el derecho a suprimir las prácticas democráticas, así como tampoco
puede entenderse que la celebración de elecciones condicionadas a través de
leyes y otros mecanismos para perpetuar en el poder a las mismas clases y
grupos dominantes, siempre minoritarios pero respaldados por el poder
financiero y de los grandes medios, puedan ser consideradas democráticas.
Democracia ¿Habrá que repetirlo?, significa gobierno del pueblo.
LAS TENAZAS SOBRE SIRIA
La guerra desatada contra Siria persigue claros
objetivos políticos y geoestratégicos, pues este país desde hace tiempo, forma
parte del eje antimperialista compuesto por Irán; el poder de Hizbulá y las
fuerzas patrióticas en Líbano. Al cual tal vez podría incorporarse en un futuro
el gobierno de Bagdad, al parecer más proclive a acercarse a Teherán que a
Washington, sobre todo después de la salida -aún parcial-, de la derrotada
tropa estadounidense.
El gobierno sirio, aun con todos sus defectos, ha
sido durante mucho tiempo, centro del nacionalismo y la resistencia árabe
contra los planes hegemónicos de Estados Unidos e Israel, y por ello ha sufrido
la continua agresividad de estos, y de sus aliados en Occidente y en la región.
Ello no es nuevo, desde hace años vienen aplicando sanciones contra Damasco y
trabajando para provocar un cambio de gobierno allí.
Por mucho que se quieran tergiversar las cosas,
esto no se podrá ocultar. Damasco, posiblemente el único país árabe en cuyo
Frente Nacional Progresista, que conforma la coalición de gobierno, participan
dos partidos comunistas, ha abrigado la sede de las organizaciones y partidos
políticos de izquierda y patrióticos de toda la región y ha brindado refugio a
muchos revolucionarios árabes, no a los reaccionarios. Y escribo esto no por
interpretaciones teóricas, sino valiéndome de la experiencia de más de treinta
años de atender las relaciones y la colaboración con éstas organizaciones y
partidos, lo cual me permitió vivir en varios países de la zona o visitarlos
regularmente, así como conocer a muchos de sus dirigentes. Sin el apoyo sirio
hubiera sido muy difícil, si no imposible, que las fuerzas patrióticas
libanesas, dirigidas por Hizbulá, derrotaran y expulsaran a los invasores
sionistas de Líbano.
Contra Siria están agrupados hoy los intereses de
las potencias occidentales con Estados Unidos a la cabeza, Israel, y la
reacción árabe. Quieren imponer en Damasco un gobierno títere como el que los
aviones de la OTAN permitieron colocar en Libia, para después acometerla contra
El Líbano y finalmente, en condiciones de mayor aislamiento regional, lanzarse
contra Irán. Aspiran con ello a consumar su plan de construir “El Gran Medio
Oriente”
INJERENCIA EXTRANJERA
La gran mayoría del pueblo sirio tiene sentimientos
patrióticos y no quiere que esto ocurra, no desean convertirse en lacayos de
Washington, súbditos de Arabia Saudita o de Ankara. Es más, muchos están
dispuestos a luchar para evitarlo, aunque es evidente que quieren cambios
importantes en el sistema y lo están demandando. El gobierno parece dispuesto a
producir estos cambios y ya está adoptando medidas para ello.
Una parte del pueblo sirio, posiblemente
mayoritaria, desea que este proceso de cambios sea guiado por el actual
gobierno baasista; otra tendencia quiere que las reformas sean más profundas,
aunque siempre oponiéndose a la injerencia extranjera. Por otra parte, existe
una oposición minoritaria, dirigida desde el exterior que pide la intervención
y está comprometida con los servicios especiales de Occidente de los que recibe
apoyo político, financiero y militar a través de algunos vecinos. Es
significativo que las tres regiones de Siria donde se han producido mayores
enfrentamientos armados sean Daraa, Homs e Idleb. La primera fronteriza con Jordania,
la segunda muy cerca de la frontera libanesa y la última en el norte, a lo
largo de la frontera turca.
Las manifestaciones populares que se iniciaron en
Daraa y tuvieron repercusión también en otras partes de Siria, sin dudas se
produjeron por causas legítimas y fueron espontáneas. Las fuerzas del orden y
la seguridad reprimieron en exceso provocando mayor reacción, pero
lamentablemente, parte de esta justa oposición fue secuestrada por intereses
extranjeros que desde hace tiempo conspiraban para terminar con el gobierno
sirio.
Si alguien se quiere hacer ilusiones de que fuerzas
revolucionarias, patrióticas, o antimperialistas van a llegar al poder en
Damasco derribando por la fuerza el actual gobierno, posiblemente esté pecando
de increíble ingenuidad, lo cual no es admisible en los tiempos que corren. El
gobierno del partido Baas parece contar con apoyo popular y militar suficiente
como para hacer una resistencia prolongada, aunque esto desangraría
terriblemente al país y podría extenderse en una guerra civil que trascienda
sus fronteras. El Imperio y sus aliados quieren ir por todo y quienes se están
comprometiendo con ellos tendrán después que sometérseles. En la compleja
situación siria, lo más recomendable es que se produzcan transformaciones democráticas,
tal como las ansía la mayoría de su pueblo, pero para ello habrá que denunciar
y luchar por todos los medios contra la intervención extranjera. El régimen
baasista de Irak era menos defendible que el sirio y las fuerzas progresistas a
través del mundo se manifestaron en contra de la intervención militar de
Estados Unidos. ¿Por qué no centrar ahora todos nuestros esfuerzos en oponernos
a esa evidente intervención en lugar de justificarla, sumándonos aunque sea
indirectamente, a las campañas de la prensa canalla?
TERRORISMO MEDIÁTICO
En el 2002 y 2003, desde Bagdad tuve la oportunidad
de comprobar las mentiras propagadas por los grandes medios de prensa
occidental. Utilizaron puro terrorismo mediático. Ahora están haciendo lo
mismo. No hay que ser muy experimentado en analizar la prensa para darse cuenta
de la gran manipulación que están haciendo de la situación en Siria. Hace pocos
días leí un artículo que lamentablemente trataba de mostrar como pruebas de
crímenes cometidos por el gobierno, una serie de fotos que no significaban
nada, aunque los textos escritos al pie le imponían al lector la interpretación
interesada. Las cifras de muertos se cuentan desde Londres y París, por Comités
de Derechos Humanos con sede en esas ciudades. Los titulares de cada día en la
BBC, están dedicados a las masacres que alegan comete el gobierno sirio. Al
Jazeera y otros medios árabes, que responden a Qatar y a Arabia Saudita,
falsifican información como ya fue comprobado en Libia.
Sin embargo, en la prensa siria aparecen cada día
los nombres y fotos de soldados, policías y agentes de seguridad o simples
vecinos de cualquier lugar, muertos por grupos armados. Esto no lo refleja la
prensa occidental, como tampoco publican las grandes manifestaciones del pueblo
sirio en apoyo al gobierno y de rechazo a la actividad terrorista y la
intervención extranjera. La Agencia Prensa Latina y Telesur, están tratando de
contrarrestar esta campaña de desinformación con información objetiva recogida
sobre el propio terreno y por ello son acusadas por algunos de parcialidad a
favor del gobierno.
Los medios masivos y los dirigentes de Occidente
ahora la están emprendiendo contra el trabajo de los inspectores que envió la
Liga Árabe y que Siria aceptó. Afirman que no están realizando un trabajo
imparcial y que favorecen en sus declaraciones al gobierno sirio. La presión es
mucha y es probable que éstos no la puedan resistir, también hay mucho dinero
en juego. Un resultado desfavorable para Siria del trabajo de estos
inspectores, repercutiría en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde hasta
ahora Rusia y China se han opuesto a aprobar una resolución que abra las
puertas a una intervención militar que destruiría el país y causaría, con el
falso argumento de defender los derechos humanos, incontables muertos, tal como
ya ocurrió en Libia.
La situación es extremadamente compleja. Al
parecer, en estos momentos, con ayuda de algunos países amigos, se trata de
conformar un gobierno de unidad nacional que integre a representantes de la
oposición no comprometida con los intereses imperialistas y buscar un mejor
balance para estabilizar el país y así evitar la guerra civil y posiblemente la
expansión del conflicto, que algunos vecinos ya vislumbran con gran
preocupación.
Son varias las alternativas que pueden derivarse de
la situación actual. Siria ha sido, durante muchos años, un ejemplo de
convivencia entre diferentes sectas y grupos religiosos, pero ahora podría
enfrentarse a una guerra confesional o sectaria. Alguien parece estar
estimulando esto después del retiro de tropas estadounidenses en Irak. Las
recientes bombas dirigidas a matar población chiita podrían indicar esto. ¿Y
que hay de los más de veinte millones de kurdos repartidos entre Turquía, el
norte de Irak, Irán y Siria? Importante repercusión ha tenido la masacre
cometida por la aviación turca al bombardearlos cerca de la frontera iraquí. El
canciller turco Davatoglu, acaba de reunirse en Teherán con el presidente
Ahmadinejad. Este último sostuvo conversaciones también con el presidente ruso
Medvedev, después de la demostración de fuerzas que hicieron frente al Estrecho
de Ormuz y las declaraciones sobre la posibilidad de cerrar esta vital vía.
Ambos llamaron a resolver los conflictos del Oriente Medio con métodos
políticos y mediante el diálogo de todas las partes. A pesar de ello, Washington
aprobó nuevas sanciones contra Irán a las cuales se sumó la Unión Europea.
Confieso que en pocas ocasiones anteriores he
debido analizar una situación tan complicada y explosiva como la que ahora se
presenta en la ya de por si compleja región del Cercano Oriente. Sin embargo,
sigo pensando que el deber de toda persona sensata, progresista o
revolucionaria, es manifestarse contra la intervención extranjera. Tal vez algo
podamos hacer para evitar un desastre mayor.
*Periodista y escritor. Ex embajador de Cuba en
varios países del Oriente Próximo
Fonte:
http://www.elciudadano.cl/2012/02/09/48133/siria-%C2%BFque-puede-depararnos-el-futuro/
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